Momento para los valientes en el Estadio Pierre Mauroy de Lille. Llegaban los cuartos de final del torneo olímpico de balonmano. La España de Jordi Ribera, que acabó la fase de grupos, con algunas dudas, en tercer lugar, se enfrentaba a la complicada Egipto sabiendo que todo consistía en ganar o volverse a casa.
Como ya había sucedido en ciertos momentos anteriores del torneo, los Hispanos acusaron la excesiva falta de acierto en ataque. Eso, unido al mayor volumen de acciones ofensivas protagonizadas por el seleccionado africano, les puso muy pronto por detrás.
Desde el inicio, los europeos fueron a remolque. Encabezados por un inspiradísimo Yehia Elderaa, Los Faraones se marcharon al descanso con una cómoda ventaja de cuatro goles (8-12). El partido entraba en el terreno de la épica, puesto que la remontada española en la última media hora demandaba casi un milagro visto lo visto sobre la pista.
Las sensaciones no mejoraron demasiado en los compases iniciales del segundo acto, pero con el paso del tiempo España se fue entonando. Un aumento de la actividad defensiva y algo más de puntería arriba permitió a la escuadra ibérica entrar en los 10 minutos con sólo un gol de desventaja.
En un alarde de valentía, el seleccionador, Jordi Ribera, decidió jugar sin portero en las jugadas de ataque, consiguiendo un valioso empate a 24 tantos con 1:30' por disputar. La tensión fue máxima ante un desenlace tan apretado. A falta de 10 segundos, los africanos contaron con una última posesión, pero Gonzalo Pérez detuvo el desesperado lanzamiento y la resolución se emplazó a la prórroga, con 25-25 en el luminoso.
Más balonmano
En clara dinámica positiva llegó el tiempo extra para Los Hispanos, que rápidamente se adelantaron (26-25) con una diana de Agustín Casado. Con uno de ventaja española (27-26), y los porteros exhibiéndose en ambos lados de la cancha, se alcanzó el intermedio.
Pese a que ya nos tienen acostumbrados, los nuestros mantuvieron el suspense hasta el final. En un nuevo ejercicio de supervivencia, los nuestros se sobrepusieron a una situación límite y volverán a pelear por las medallas en una gran cita. Una exclusión de dos minutos les dejó con uno menos hasta el cierre, pero Dujshebaev forzó un siete metros decisivo que fue transformado por Aleix Gómez en el definitivo 29-28.