El caso, que según los analistas podría tener consecuencias de gran alcance para NASCAR si Jordan logra su objetivo, acusa al circuito de automovilismo más popular de Estados Unidos de prácticas monopolísticas que frenan la competencia.
El icono de la NBA, Jordan, que es copropietario del equipo 23XI Racing en la Cup Series de NASCAR, presentó la demanda junto a Front Row Motorsports el año pasado tras negarse a firmar los nuevos acuerdos de NASCAR.
La demanda acusa a NASCAR y al director ejecutivo del circuito, Jim France, de operar sin transparencia, limitar la competencia y controlar el deporte de manera que les beneficia injustamente en perjuicio de los propietarios de equipos, pilotos, patrocinadores, socios y aficionados.
Los equipos acusan a NASCAR de prácticas anticompetitivas, como comprar la mayoría de los principales circuitos exclusivos para carreras de NASCAR, imponer acuerdos de exclusividad en los circuitos avalados por NASCAR, adquirir al competidor de stock cars Automobile Racing Club of America (ARCA), impedir que los equipos participen en otras carreras de stock cars y obligar a los equipos a comprar piezas a proveedores únicos seleccionados por NASCAR.
"Ningún otro deporte profesional importante en Norteamérica está gestionado por una sola familia que se enriquece mediante este tipo de prácticas monopolísticas sin control," señalaron 23XI y Front Row en un comunicado al anunciar la demanda el año pasado.
23XI de Jordan y Front Row fueron los únicos dos equipos de NASCAR, de un total de 15, que no firmaron los nuevos acuerdos que están en el centro de la disputa.
"Todo el mundo sabe que siempre he sido un competidor feroz y esa voluntad de ganar es lo que me impulsa a mí y a todo el equipo 23XI cada semana en la pista," añadió Jordan.
"Me apasiona el automovilismo y la afición, pero la forma en que se gestiona NASCAR es injusta para los equipos, pilotos, patrocinadores y seguidores."