Fernando Alonso volvió a ser protagonista de un Gran Premio. Quizás, por primera vez en la temporada, Aston Martin fue protagonista para bien. Poco se le puede criticar a la escudería británica en Hungría. Alonso logró un quinto puesto en la pole. El monoplaza se mostró equilibrado y en el GP, el piloto español consiguió la quinta posición en una carrera que dejó varias escenas interesantes.
Una de esas escenas, sin duda, fue el enfado de Charles Leclerc con el planteamiento de Ferrari. Es increíblemente frustrante. Hemos perdido toda la competitividad. Solo me tenéis que escuchar, hubiera encontrado otra manera de gestionar los problemas. Ahora es inconducible. Es un milagro si acabamos en el podio", dijo el piloto monegasco por su radio durante la prueba.
Russell le arebata el podio a Leclerc
La carrera se desarrolló como se han llevado a cabo casi todos los Grandes Premios de la temporada. McLaren por delante. Atrás iba el resto del mundo. Un resto del mundo que lideró Charles Leclerc hasta la vuelta 57, cuando fue superado por George Russell.
El piloto británico de Mercedes le robó el podio al hombre de Ferrari, que se veía frustrado por otro rendimiento irregular de los italianos.
Sobre el final, los dos McLaren compitieron por la primera plaza. Lando Norris ha sido más veloz y efectivo que su compañero de equipo. De hecho, han saltado chispas en McLaren porque por poco se tocan los dos monoplazas. La predicción de Leclerc terminó por cumplirse. Ferrari perdió el podio en una carrera lamentable para los italianos.
Alonso, mientras tanto, demostró que sigue vigente y pese a sus problemas musculares del viernes -que le hicieron perderse los Libres 1-, sacó adelante un fin de semana durísimo.
Carlos Sainz, por su parte, cerró la carrera en la 14º posición