Centro de datos del Alcaraz-Lehecka
La fase más decisiva del torneo arrancó con el duelo entre Jiri Lehecka y Carlos Alcaraz. El checo abrió el partido al servicio, pero lo que parecía un inicio prometedor se transformó pronto en la primera cuesta de la montaña que debía escalar si quería eliminar a Carlitos.
Alcaraz, muy metido desde el comienzo, firmó el primer break y confirmó su superioridad con un saque prácticamente inquebrantable: juego en blanco y ventaja consolidada para el español.
Tras ese tropiezo al comienzo del choque del número 21 del ranking ATP, ninguno volvió a ceder su saque en el resto del set. Con solidez y control de los tiempos, Alcaraz se llevó la primera manga, aunque el 10º juego estuvo muy disputado.
En el terreno mental, Alcaraz también marca la diferencia
Lehecka comenzó el segundo set de la misma forma que el primero, con dudas al servicio. La presión de Alcaraz desde el resto le obligó a cometer errores y, aunque intentó mantener la calma, su frustración se hizo evidente con gestos de desesperación en mitad de la pista.
El murciano volvió a golpear en el momento justo. Repitió la fórmula del inicio del encuentro: un break temprano, un turno de saque impecable y una gran sensación de autoridad. Cada punto ganado por Alcaraz incrementaba la distancia y minaba la confianza del checo, que veía cómo el número dos del mundo encarrilaba el 2-0.
Pero este segundo set no fue un calco del primero. Hasta el sexto juego, ambos mantuvieron la misma dinámica, con solidez desde el saque y pocos resquicios en los intercambios. Sin embargo, Alcaraz volvió a elevar la intensidad y puso rumbo a la sentencia.
En el séptimo juego logró un nuevo break. Con el marcador a favor, el de El Palmar sacó para doblar su ventaja y, fiel a su estilo, no dio opción. La sensación era de que el partido ya tenía dueño.
Sentencia final y billete a semis
El checo levantó la cabeza y aprendió de sus errores. Se apuntó el primer juego de la manga y mantuvo una línea continuista en el tercero. El favorito no logró doblegarlo a las primeras de cambio, y el escenario comenzó a diferir de lo visto hasta entonces.
A Alcaraz tampoco le incomodó que el encuentro se convirtiera en un constante toma y daca. En el noveno juego, su paciencia tuvo recompensa: logró el cuarto break del partido.
Con 5-4 en el marcador, sacaba para cerrar el partido y lo consiguió con un juego en blanco.